Un invisible tornado incontrolable estalla en China. Tailandia, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos, Taiwán, Hong Kong, Singapur, Vietnam, Francia…Los países empiezan a reconocer casos de coronavirus. Llegan los primeros comentarios: “Una simple gripe”, “exageraciones”, “nada de lo que preocuparse”...
No tarda la indolencia en convertirse en alarma ni la alarma en caos. Irán, Italia, España, Gran Bretaña, Holanda, Estados Unidos, Francia, Brasil…El planeta globalizado comprueba que no hay armas que venzan la ferocidad del virus. El mundo interconectado del siglo XXI no tiene fronteras para la vida. Tampoco para la muerte.